Héctor Anaya
Cuenta,
cuenta.
Ediciones
Castillo
México,
2003.
178
pp.
Ana
Susana vive en un mundo al revés pero gracias a eso inventó una forma de
comunicación muy interesante que sin embargo, no todos logran entender. A los
padres de Uno Fázil nunca les gustaron las complicaciones y como consecuencia
su hijo creció haciéndose la vida difícil, situación que no fue del agrado de
sus compañeros de clase quienes terminaron dándole una gran lección de
gramática y ortografía. Tanit es conocida como “la niña del adiós” porque su
forma de decirlo no sólo es en español. Un Balón de futbol se niega a
convertirse en gol mientras los niños lo sigan tratando a patadas,
afortunadamente, el mundo siempre ofrece mejores opciones y el Balón opta por
cambiarse de deporte. En el imaginario pueblo de los Acertijos se libra un
duelo entre sus habitantes y los del pueblo de los Enigmas que termina en
grandiosas respuestas.
Estas
historias se suman a otras catorce que proyectan a Héctor Anaya como un domador
del lenguaje y un creador de realidades paralelas que resultan dinámicas y
digeribles para quien tiene la fortuna de encontrarse con este compendio de
cuentos.
Lecciones
de ortografía alejadas de sesudas reglas, divertidos anagramas y capicúas,
ingeniosos acertijos y enigmas, amenos ejercicios matemáticos, sencillos
trabalenguas y una efímera introducción al terreno de los idiomas son algunos
de los laberintos a los que nos lleva Héctor Anaya con la finalidad de
otorgarnos grandes enseñanzas.
Además,
de este libro se pueden destacar los valores que se resaltan en cada una de las
historias, así como el lugar que se le otorga a la sabiduría infantil misma que
los adultos vamos diluyendo en la medida en que vamos creciendo.
Temas de
reflexión en el texto: búsqueda de la identidad, compañerismo, envidia,
honor, infancia, soberbia, vejez.
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