jueves, 24 de noviembre de 2011

El nombre del mundo es bosque.


Ursula K. Le Guin
El nombre del mundo es bosque.
Minotauro.
México, 2005.
166 pp.

Athshe es un planeta verde. Sus extensos bosques son el hogar de millones de seres que han sido esclavizados por un ejército de hacheros yumanos –nombre dado a los humanos– que han llegado a su mundo con la finalidad de explotar la madera que se necesita en la Tierra. Pero la naturaleza destructora de los hombres ha ocasionado la rápida deforestación de una parte de este planeta, así como la muerte de los seres que lo habitan debido a los abusos que sufren por parte de los colonizadores.

La despiadada violación y asesinato de una nativa por parte del capitán Davison, un hombre sádico y arrogante, motiva al athstiano Selver a incendiar un campamento de hacheros usando los métodos yumanos aprendidos mientras trabajó como asistente del antropólogo Raj Lyubov. Tras el incidente se decreta que los yumanos protegerán la vida de los nativos, esto incluye, dejar de usarlos como esclavos en los trabajos de tala. Al incumplirse el acuerdo, Selver, a quien su raza considera un dios debido a sus capacidades sensoriales, organiza un nuevo ataque contra un segundo campamento en el que mueren cientos de hombres, incluido Lyubov, su antiguo protector. Los sobrevivientes son encarcelados y orillados a respetar los acuerdos pactados pero Davison se revela, desobedece las órdenes de sus superiores y organiza un nuevo ataque contra los crichis. De esta nueva ofensiva no sale bien librado y es capturado por los nativos. Al darse cuenta que ellos tienen la decisión sobre su vida, Davison pide clemencia a la usanza athstiana, lo cual es respetado cabalmente por los crichis que deciden desterrarlo a la zona que fue deforestada por su raza.

Años después los humanos abandonan Athshe, prometen que ningún humano regresara en al menos cinco generaciones y se comprometen a proteger la biodiversidad de ese planeta. Para entonces, los athstianos han aprendido que se puede matar no solo a los humanos sino también todo lo que hay a su alrededor, incluidos, los seres de su misma especie.

No sé qué es la naturaleza humana. Quizá sea parte de esa naturaleza humana dejar descripciones de aquello que exterminamos.” Estas palabras, escritas en 1976, resultan clave en la historia de Ursula K. Le Guin para hacer reflexionar al lector sobre los ecocidios humanos, mismos que de no frenarse, llevarán a la destrucción de las especies, el planeta Tierra y todos aquellos lugares que en el futuro pudieran servir como únicos reductos para la continuidad de la vida.

Temas de reflexión en la lectura: amistad, biodiversidad, ecología, lealtad, respeto por la vida.

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